martes, 7 de febrero de 2012

07.02.12


“Perdónenme si no soy perfecto,
pero dentro de mi imperfección hay un corazón
que  ama, llora y ríe.

Perdóname por ser así.”
Omar Vilchis Lara.

Hay historias en las que un día te conviertes en el ser malvado, el que busca a sin importar nada, acabar con todo lo que antes amo, pero no es así, lo que nadie ve es todo lo que se puede cargar en el corazón. Es curioso, pero mientras me tomaba mi taza de café, estuve viendo a la ventana ¿Qué veía? Un hermoso día nublado, el cual me puso melancólico.

A pesar de todo, los días nublados me siguen gustando, me invitan a soñar, pero están cargados de un sinfín de recuerdos, para variar la vela que ha permanece encendida en mi corazón, coronada con el año 32 se está apagando, toca aprender y a recoger todo lo que viví, enseñanzas aprendidas y las inconclusas. Este va ser otro cumpleaños solo (debería de acostumbrarme ¿no creen?) realmente los últimos dos cumpleaños no han sido del todo buenos, siempre termino tomando café y viendo una película, se terminaron los  buenos tiempos.

Mi maestro dice bien: jamás te encariñes con las personas, porque sufres demasiado cuando te decepcionan, mal innecesario, aunque quisiera pensar que la historia este año va ser diferente, me siento muy escéptico de que así sea. Quienes antes fueron mis hermanos de más confianza, hoy no puedo confiar en ellos, no les hablo ni les dirijo la palabra. Referente a eso, hace un par de noches me di cuenta de que pese a que estés con otros, la mejor compañía eres tú mismo, si, aunque muchas veces no te soportes a ti mismo, pero es en ese momento de soledad, de silencio que se desdobla de ti y te pone una mano en el hombro, volteas y te ves a ti mismo (disculpen lo sentimental, pero si ven algunas letras corridas es que ya estoy llorando por tantos sentimientos encontrados).

Lamento tanto ser el tipo de persona que oculta lo que siente, que no le puede decir a alguien ¡ME GUSTAS! ¿QUIERES ANDAR CONMIGO? Creo que es miedo a ser vulnerado, a entregarme, Ja ja ja ja (risa irónica) ¡Me encanta hacerme el imbécil! Pero es cierto, quisiera decirlo, pero siempre es lo mismo, termino siendo el confidente, el que es bueno para escuchar los problemas, para dar consejos y el que termina sentado, callado, con la palabra en la boca, en pocas palabras ¡El perdedor!. Pero al final, si lo dijera ¿Qué quedaría? Sé que lo que me hace callarlo es lo mismo que a otras personas les hace huir: Sufrir. ¡Claro! También entendí que no se pierde lo que no se tiene y eso (por otro lado) me hace descansar.

Aunque ahora sé que lo que me hace llorar no es otra cosa que lo que callo, me choca sentir esto y por idiota no decirlo…

Los días nublados me llevan a sentir con mayor intensidad.

Fin de la comunicación…