Cuando vamos creciendo, superamos ciertas situaciones que nos dejan enseñanzas, en el andar por el mundo miró como las diferentes personas que habitan en este mundo no aprenden de esos escalones, muchos otros se quedan sobre el pensamiento de quedar estáticos, sin embargo para llenar el vaso con formas banales.
El mundo es mas que sociedad, es calor, frío, son arboles que bailan entre los escalones de un espíritu lleno de pasión, de amor. Hay mas que simples coronaciones, noches de verano, viajes, fotos, existen algo que nos mueve, tampoco estoy en contra de todo lo anterior, pero cuando comprendes como se compuso el mundo, sus partes desde el punto de vista espiritual te conviertes en un componente consciente del mismo.
La escalera de la vida no es algo complicado, bien se puede interpretar como parte de una madurez, de una vitalidad, que se conecta para la conservación de un equilibrio. Todos tenemos un papel preponderante dentro de la gran idea de la mente creadora o Dios, como se le quiera llamar. Se puede hacer bien cuando comprendes eso, en el instante que aprendes a escuchar la voz del viento, del agua, del fuego y de la tierra, es en ese momento que aprendemos a hacer el mas grande de los sacrificios,
El sentir en la piel el más grande de los amores, el formar parte de una idea nos convierte en seres de luz, de oscuridad, de plenitud para elegir la senda que hemos de caminar, todo tiene su lado trivial y su lado profundo, pero nada se compara a sentir la energía universal correr por venas que no se ven a simple vista, pero si por un momento miramos con el corazón la sentiremos esas venas y arterias tocar cada parte de nosotros.
Es entonces que la escalera comienza a ser fácil de subir y cuando lo desconocido se vuelve conocido.
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